Este centro recreativo para niños, ubicado en la calle García Lorca de Membrilla, posee una barrera arquitectónica que imposibilita el paso de personas con movilidad reducida.
Se trata del uso nulo que se le puede atribuir a las rampas de la entrada de este edificio, ya que tienen una pendiente muy elevada, seguido de un pequeño descanso de no más de 60cm, con lo cual ni si quiera una silla de ruedas podría subir ni caber.
Y también cabe destacar que las rejas que interfieren en el acceso, son fijas.